martes, 14 de junio de 2011

Denominacion de origen

La D.O. Bullas abarca 2258 hectáreas de superficie de viñedo plantado y 2258 hectáreas de viñas en producción.Cuenta con 12 bodegas productoras. La zona de producción de los vinos amparados por la Denominación de Origen Bullas está constituida por viñedos ubicados en la zona del noroeste de la Región de Murcia.
A pesar de ser una vieja zona de cultivo, Bullas es la más joven de las denominaciones de la Comunidad Autónoma de Murcia. Los viñedos se extienden sobre una extensa zona a lo largo de las sierras de la región, llegando hasta la frontera con Andalucía por el oeste y hasta las llanuras mediterráneas en el este. Los vinos tintos y rosados de esta denominación poseen un carácter distintivo procedente de la uva Monastrell cultivada en su territorio, caracterizado por su fresco clima procedente de la sierra. Sus caldos de mayor calidad continúan siendo los jóvenes. La concesión de la categoría de Denominación de Origen ha animado a los viticultores a apostar por una continua mejora de la calidad de los caldos. Para ello, se han llevado a cabo plantaciones experimentales de nuevas variedades de uvas para tintos, rosados y blancos. Las cosechas han crecido considerablemente en los últimos cinco años y las exportaciones comenzaron en 1999. Se trata de una denominación que posee un gran potencial para el futuro.
Historia
La D.O. Bullas abarca once municipios entre los que destacan dos ciudades históricas: Caravaca de la Cruz, un lugar de peregrinaje cada siete años, y Moratalla, sede de la Orden de Santiago durante siglos. La ciudad de Bullas que da nombre a la denominación ha existido desde la época romana y alcanzó una cierta importancia durante el predominio árabe. Después, tras la Reconquista en el siglo XIII, la zona prosperó gracias a la agricultura y los vinos que se elaboraban para su posterior comercialización. A mediados del siglo XX, Bullas comenzó a proporcionar vino para el mercado a granel, hasta que a finales de la década de 1980, la bodegas comenzaron a invertir en la tecnología necesaria para elaborar vinos de calidad. Finalmente, la Denominación de Origen fue concedida en 1994.
Subzonas
Bullas se divide en las siguientes subzonas: Noreste, Central, Noroeste
Localidades
Los municipios adscritos a Denominación de Origen Bullas son los siguientes: Bullas, Calasparra, Caravaca, Cehegín, Cieza, Lorca, Moratalla, Mula, Pliego, Ricote, Totana.

El Suelo y el Clima

Los suelos:
Pardo-calizos y de costra caliza.
La localidad que da nombre a la denominación, se sitúa a medio camino entre Murcia, la capital de la provincia, y las sierras del oeste que marcan el límite con Andalucía. La D.O. Bullas se extiende a lo largo de una extensa área del sureste de España, que ocupa casi la mitad oeste de la provincia de Murcia. El terreno es de tipografía accidentada con altitud ascendente de sur a norte. Esta tipografía no origina amplios valles, sino pequeños con microclimas propios. Los suelos sobre las laderas son marrones y tan duros que necesitan ser abiertos mecánicamente antes de plantar las vides. Están constituidos por tierras pardo-calizas y de costra caliza de bajo contenido en materia orgánica, buen drenaje y elevado nivel de caliza, así como de suelos aluviales, de características edafológicas muy variables. Debido a los diferentes tipos de suelos, pluviometría y clima, la D.O. Bullas se divide en tres subzonas geográficas La primera subzona, la Occidental y Noroccidental incluye el 52% de los viñedos y es la zona por excelencia de la D.O. Bullas. Se sitúa entre altitudes que oscilan entre los 500 y los 810 metros sobre el nivel del mar, a los pies de la sierras. Incluye los municipios de Bullas y Cehegín, parte de los términos municipales de Caravaca, Moratalla y pedanías altas de Lorca. Los vinos de esta subzona son considerados como los mejores de la denominación especialmente los producidos a partir de las uvas Macabeo y Tempranillo. La producción media es de 45 hl por hectárea. Los viñedos de la segunda subzona, la Central suponen el 40% de la denominación y se sitúan en altitudes que oscilan entre los 500 y 600 metros. Se dividen en tres municipios (Mula, Bullas y Cehegín) e incluyen las variedades más nuevas que han sido plantadas en Murcia. La producción varía entre los 13 y los 25 hl por hectárea. En la tercera subzona, Norte-Noroeste, los viñedos se encuentran entre 400 y 500 metros de altitud y representan sólo el 8% del área de cultivo. Comprenden los términos de Calasparra, Ricote Bullas y Mula. La producción media es de 5-13 hl por hectárea.
El clima:
El clima de la Denominación de Origen Bullas es de tipo mediterráneo muy matizado por la altitud de la zona, lo que significa inviernos cortos pero rigurosos, y veranos largos y calurosos durante el día pero con notable descenso de temperaturas durante la noche, factor de clara influencia positiva sobre la calidad de la uva. Las lluvias, sin ser abundantes, no resultan tan escasas como en otras zonas del sureste peninsular, registrándose niveles de unos 450 mm anuales, con marcada distribución irregular, que presenta un máximo a finales de otoño. El aporte de humedad de los intensos rocíos llega a ser digno de tenerse en cuenta.

Denominación de Origen Bullas: el Viñedo

Variedades de uva
Las variedades de uva utilizadas en Bullas, tanto blancas como tintas, son las siguientes:
Tintas preferentes: Monastrell
Tintas autorizadas: Tempranillo, Cabernet, Sauvignon, Syrah, Merlot, Garnacha, Petit Verdot.
Tintas experimentales: -
Blancas preferentes: Macabeo
Blancas autorizadas: Airén, Chardonnay, Malvasía, Moscatel, Moscatel de Grano Menudo, Sauvignon Blanc.
Blancas experimentales: -
La principal variedad con la que se elaboran los vinos tintos es Monastrell, presente en el 85% de los viñedos. En cuanto a los blancos, la más utilizada es Macabeo. Las condiciones de suelo y clima hacen de la D.O. Bullas un lugar ideal para el cultivo de la viña de la forma más tradicional: formación en vaso y en régimen de secano. La ubicación de las vides varía en función del terreno y la densidad oscila entre las 900 y las 2.200 cepas por hectárea. La vendimia comienza normalmente alrededor del 15 de septiembre.

Los Vinos de Bullas

En la actualidad, y después de una considerable inversión en nuevas tecnologías, la fermentación fría está totalmente implantada gracias a las más moderna tecnología de acero inoxidable. La elaboración del vino se realiza siguiendo el estilo más moderno, con un fuerte control en la producción, garantizando de esta manera una alta calidad en los vinos. Las condiciones de suelo y clima hacen de la D.O. Bullas un lugar ideal para el cultivo de la viña de la forma más tradicional formación en vaso y en régimen de secano, imprimiendo a los vinos de Bullas una fuerte personalidad, que consiguen ser esencia y expresión de la tierra que ha producido sus uvas. En los últimos años las bodegas de la D.O. Bullas han apostado por un control exhaustivo en la producción, consiguiendo de esta manera vinos de alta calidad, con el sello diferenciador de la Monastrell. En cuanto a los vinos tintos, presentan una tendencia creciente hacia vinos de crianza y media crianza manteniéndose también la línea de tintos jóvenes de calidad. Destacan en los tintos jóvenes la intensidad de color, frutosidad, frescura y calidez. Los crianzas se muestran con cuerpo, sabrosos y bien estructurados. En todos ellos sobresale la gran expresión de la Monastrell. Los rosados se caracterizan por la amplia gama de colores, fruta, frescura, suavidad y viveza. Respecto a los blancos, son frescos, frutales (manzana), equilibrados y armoniosos.
Datos de la D.O. Bullas
Año de creación: 1994
Número de Bodegas: 12
Superficie de viñedo: 2258 Hectáreas
Densidad de plantación: 1.600-2.200 cepas/hectárea
Altitud media del viñedo:
Temperatura mínima:
Temperatura máxima:
Producción (2007): -
Datos del Consejo Regulador de la D.O. Bullas
C/ de la Balsa, 26
30180 Bullas (Murcia)
España
Teléfono: +34 968 652 601
Fax: +34 968 652 601
e-mail: consejoregulador@vinosdebullas.es

viernes, 10 de junio de 2011

Semana santa bullera

Semana Santa en Bullas

La Semana Santa es una celebración muy arraigada en Bullas. Las procesiones, elemento característico y fundamental de estos días, sobrepasan los límites de lo religioso, convirtiéndose en una manifestación cultural que, como en otros lugares del país, muestran la expresión de un pueblo. Cientos de bulleros y bulleras mayores, jóvenes y niños, participan como cofrades, nazarenos, anderos, tamboristas o simples espectadores de unas procesiones que movilizan a propios y extraños.
Las cofradías de Bullas, grandes protagonistas de estos días, tienen su origen en las diversas hermandades y mayordomías que surgieron en la Villa en siglos pasados, en torno a determinadas imágenes o advocaciones religiosas.
En la actualidad son cinco las cofradías que participan en los desfiles procesionales de la Semana Santa de Bullas:

Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno (Los Moraos)

Un documento fechado en 1795 habla del nombramiento de un mayordomo para una imagen de Nuestro Padre Jesús que fue conseguida entre los bienes confiscados a los jesuitas tras su expulsión en 1767. En torno a ella se fundó la cofradía, de la que se da como fecha oficial de creación el año 1864, aunque es probable que su antigüedad fuese mucho mayor. El 30 de abril de 1873, la cofradía se constituyó de forma legal mediante unos estatutos que fueron reformados en 1892. Los nazarenos se caracterizan por el color morado de su indumentaria, compuesta de túnica, capuchón y capa; de ahí procede el nombre popular con el que se la conoce: Los Moraos.
El titular de la cofradía es Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuya imagen actual fue donada en 1945 por D. Fabio Carreño Marsilla, el mismo que adquirió diez años más tarde, en Sevilla, un magnífico trono recubierto de pan de oro. Es obra de Juan González Moreno y vino a sustituir la talla original, atribuida al gran escultor Nicolás de Bussy, que desapareció de Bullas durante la Guerra Civil. El resto de imágenes de Los Moraos son la Oración del Huerto, el Cristo del Rescate, la Cruz Desnuda (o del Gallo), el Santo Sepulcro, el Cristo Resucitado y Santa María Magdalena.

Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo (Los Coloraos)

No están claros los orígenes de esta cofradía, aunque su fundación, a comienzos de los años 20, se atribuye a personas vinculadas al sector vitivinícola de la localidad, a los que se les llamaba "los pellejeros", por los pellejos empleados para transportar el vino. Tras la Guerra Civil, la hermandad quedó totalmente desorganizada, haciéndose cargo de la misma D. Esteban Figueroa quien, ante la carencia de imágenes, hizo traer de Murcia algunas de las que desfilaban en la capital el Miércoles Santo. Poco a poco se fueron adquiriendo las tallas con las que cuenta actualmente, casi todas de los talleres madrileños de Santa Rufina.
El atuendo de los nazarenos de esta cofradía está compuesto por túnica y capuchón rojo y capa dorada. El titular de la cofradía es el Cristo de la Columna o Señor de los Azotes, llamado popularmente "el Amarrao", contando además con el Ecce Homo, la Caída , el Cristo Crucificado, el Descendimiento, la Virgen de las Angustias y el Ángel Triunfante.

Ilustre Cofradía de San Juan Evangelista (Los Blancos)

El origen de esta cofradía aparece vinculado a la antigua Cofradía de Nuestra Señora de la Aurora , que se fundaría en la primera mitad del siglo XIX, y que está relacionada con los tradicionales "auroros" murcianos. De hecho, hasta la aprobación de los actuales estatutos en 1994, su nombre oficial era Cofradía de San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Aurora. El calificativo de Ilustre viene dado por el nombramiento, en 1997, de D. Javier Azagra, obispo emérito de la Diócesis de Cartagena, como Presidente Honorífico de la cofradía.
Se dice que el color blanco de su túnica (que se complementa con capuchón blanco y túnica roja) se debe a que la mayor parte de sus componentes pertenecía al gremio de albañiles y, por lo tanto, este color hace referencia al yeso con el que éstos trabajaban. Fue la última cofradía que mantuvo la costumbre de sufragar los gastos derivados de la muerte de sus hermanos.
El titular es San Juan Evangelista, imagen realizada en 1925. Es, junto a la Virgen de los Dolores, la única anterior a la Guerra Civil , ya que se salvó de la destrucción escondida en la casa de D. Manuel López Carreño. Existe una versión bastante curiosa acerca de este hecho, que afirma que la imagen de San Juan fue indultada al tener el brazo izquierdo levantado, al imitar el saludo de cierta ideología política. Los Blancos cuentan además con las imágenes de San Pedro y La Verónica.

Real Cofradía de Ntra. Sra. de los Dolores (Los Negros)

En el año 1754, partiendo de la Orden Tercera de San Francisco (que se había instalado en 1726) se fundó la llamada Hermandad de Nuestra Madre y Señora María Santísima de la Soledad. Al igual que las otras, esta cofradía tenía entre sus cometidos el sufragar los gastos derivados de los entierros de los hermanos. Desde sus comienzos, la presencia femenina ha sido muy significativa en la cofradía.
La indumentaria de sus nazarenos consta de túnica y capuchón negros, capa azul y un medallón alusivo a la titular de la cofradía, Ntra. Sra. de los Dolores, cuya talla es de la escuela de Salzillo y realizada en los.primeros años del siglo XIX. Se libró de la destrucción de la Guerra Civil en casa de Dª. Julia Collados Jiménez. Las otras imágenes de la Cofradía son la Virgen de la Esperanza , la de la Soledad y la Gloriosa.

Cofradía de Santiago Apóstol (Los Verdes)

La más nueva de las cofradías de Bullas fue creada en 1999 por iniciativa de la familia Hidalgo García, participando por primera vez en las procesiones del año 2000. La hermandad, que eligió el verde como color distintivo, tiene como titular a Santiago Apóstol, imagen realizada por el escultor murciano Antonio Labaña. Los Verdes cuentan además con el paso de la Virgen de la Amargura.

Procesiones

Son cuatro la procesiones que tienen lugar en Bullas durante Semana Santa: La del Prendimiento (Jueves Santo por la noche), la de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Viernes Santo por la mañana), la del Santo Entierro (Viernes Santo por la noche) y la del Resucitado (Domingo de Resurrección por la mañana). Son desfiles que conmueven a todos, ya sea por su significado religioso o bien por la belleza de las imágenes y el esplendor en el arreglo floral de los tercios que salen a la calle.
Entre los diferentes momentos que conforman cada una de ellas, podríamos destacar el ya célebre Encuentro de la Plaza Vieja que tiene lugar en la mañana del Domingo de Resurrección. Las imágenes de las distintas cofradías llegan a este entorno privilegiado por las diferentes calles que en ella confluyen y encontrándose los pasos en el centro de la misma, donde realizan los preceptivos saludos y reverencias. Tras esa eclosión de júbilo, verdadera explosión festiva, los anderos hacen "bailar" sus tronos con agilidad y los nazarenos mueven sus capas. Las marchas procesionales dan paso a los pasodobles y estallan tracas y cohetes. La procesión retoma a continuación su itinerario a través del Arco de la Plaza Vieja. Al llegar al templo parroquial se pone fin, un año más, a la celebración de la Semana Santa en Bullas.
Fiestas

Historia

Historia de Bullas

Antigüedad

Las primeras señales de presencia humana en las tierras que hoy conforman el municipio de Bullas se remontan al periodo Eneolítico, hace unos 5.000 años. Restos pertenecientes a esta época se han hallado en los yacimientos del Cabezo del Oro, Reclín, El Castellar, la Fuente Mula, el Pasico Ucenda.
La cultura argárica, que dominó el sureste de la Península Ibérica durante la Edad del Bronce, dejó nuevos restos en los lugares anteriores, así como en el Cabezo del Molinar y la Fuente de la Higuera.
Después del periodo ibérico hemos de llegar a la época romana para encontrar una ocupación significativa del territorio bullense. No existió ciudad alguna, pero sí numerosas "villae" o fincas rurales que aprovecharían los numerosos manantiales de la zona para desarollar una actividad agrícola. Restos de estas edificaciones han sido encontrados en la Fuenblanquilla , la Fuente Mula , El Romero, Fuente de la Carrasca , La Copa y La Loma , aunque por encima de todas ellas destaca la de Los Cantos, que data del siglo I d.C., y que se mantendría hasta la época de las invasiones bárbaras a principios del siglo V. La villa de Los Cantos ha sido lugar de importantes hallazgos arqueológicos, como el de la escultura del famoso "Niño de las Uvas", importante símbolo local, que representa a un geniecillo estacional, en este caso al propio del otoño.
No han faltado teorías disparatadas que pretendían atribuir a Bullas orígenes legendarios y una historia grandiosa. Muchos de estos falsos datos eran obtenidos de los llamados "falsos cronicones", propios de los siglos XVII y XVIII que buscaban enaltecer las historias locales. En este contexto hemos de entender los nombres de "Abula Bastetana" o "Bulla Regia" para Bullas o la presencia de personajes como la reina Belkis o el obispo San Segundo.

La Edad Media

Tras el abandono de las villas romanas sobreviene un periodo oscuro en cuanto a los datos existentes sobre el devenir de las tierras de Bullas en la Alta Edad Media. Estas tierras deshabitadas permanecerían a la sombra de la no muy lejana ciudad de Begastri, la que era entonces sede episcopal.
Y hemos de esperar a la dominación musulmana cuando en los siglos XI o XII tenga lugar la fundación del castillo de Bullas, emplazado en lo que hoy es el casco antiguo de la localidad. Por la misma época se levantaría el pequeño recinto amurallado que dominaría la zona desde la Piedra del Castellar, lo que es conocido como "El Castillico". Bullas fue fundación musulmana, por lo que lo más lógico sea que su nombre tenga un origen árabe y no latino como se ha venido afirmando tradicionalmente (bullae = burbujas, por la notable presencia de fuentes en sus tierras).
A mediados del siglo XIII tiene lugar la conquista del Reino de Murcia por las tropas castellanas. Y es en este momento cuando aparece por primera vez mencionado el nombre de Bullas, en un documento fechado el 22 de julio de 1254 por el que se cede a Mula el castillo de Bullas. Unos años después sería entregada, junto con Caravaca y Cehegín, a la Orden del Temple. Bajo el dominio templario tuvo lugar la única batalla recogida en las crónicas que acaeció en Bullas. Alí Mohamed, procedente de Huéscar, atacó la fortaleza de Bullas obligando a huir al comendador Bermudo Menéndez. Este hecho es recreado, aunque de una forma peculiar y popular, durante la Fiesta de Santiago en la Torre del Reloj cada mes de julio.
En el siglo XIV, tras la extinción del Temple, Bullas y el resto de la comarca pasan al dominio de la Orden de Santiago, a quien pertenecería durante casi 600 años.
En 1347 el castillo de Bullas se hallaba en ruinas. Ruy Chacón, comendador de Caravaca, presenta un proyecto para reconstruirlo en un plazo de tres años. Pero todo quedó en agua de borrajas ya que al año siguiente se produjo la terrible epidemia de peste que diezmó la población de Europa entera. Bullas quizás ya estaba despoblada, pero el abandono de aquel proyecto de reconstrucción condenó al castillo a permanecer como un montón de ruinas durante más de dos siglos. En 1398 se dividirían las tierras de Bullas entre Cehegín y Mula, y en 1444 Bullas pasaría definitivamente a pertenecer a la villa de Cehegín.

El Siglo XVII. El renacimiento de Bullas

Bullas permaneció como un despoblado hasta finales del siglo XVI. Sus tierras pertenecían a propietarios cehegineros. Poco a poco, el entorno del viejo recinto medieval se fue repoblando, ya que los labradores preferían vivir cerca de las tierras que trabajaban. Los nuevos pobladores construyeron sus viviendas sobre las ruinas del castillo (razón de la inexistencia actual de la antigua fortaleza). A mediados del siglo XVII, los varios centenares de habitantes de Bullas comenzaban a darse cuenta de las desventajas de todo tipo que suponía pertenecer a Cehegín, distante tres leguas. Los primeros movimientos secesionistas se produjeron en el terreno religioso. La ermita de San Antón, primer templo cristiano de la localidad no contaba con la asistencia continua de un sacerdote, que debía venir de Cehegín. En 1664 se consigue la ansiada independencia religiosa, con la instalación de una pila bautismal en la ermita (la famosa "pila robá", llamada así porque varios bullenses se apoderaron de ella cuando estaba "secuestrada" por las autoridades cehegineras contrarias a la autonomía religiosa de Bullas). Estos hechos serían el preludio de la independencia política, cuyos trámites se iniciaron en diciembre de 1685.
Tras el notable esfuerzo que supuso el pago a la Corona de 34.832 reales y 12 maravedíes, el rey Carlos II, "el Hechizado", concedió el privilegio de villazgo a Bullas el 19 de diciembre de 1689, que se haría efectivo el 17 de junio de 1690 cuando el juez José de Berzosa se presentó en Bullas procedente de Madrid. Dos días después se constituyó el primer Ayuntamiento, que se reunió en la Plaza Vieja. Seguidamente se elaboró el vecindario y se delimitó el término. La aldea de La Copa pidió ser incluida en estos límites, uniendo así sus destinos a los de Bullas. La andadura del nuevo municipio se iniciaba sin más riqueza que unas pocas tierras y el trabajo de sus humildes gentes.

El siglo XVIII

Los años siguientes a la independencia municipal supusieron momentos de gran dinamismo para la nueva villa. Es un tiempo de crecimiento económico sin demasiados conflictos que alteraran el desarrollo de la localidad.
El entramado urbano comenzó a expandirse rápidamente, así como su población. Pronto se acometió la construcción de los edificios importantes que el pueblo necesitaba. Primero fue la iglesia, que vendría a sustituir a la vieja ermita de San Antón. En 1723 se finalizó el templo parroquial que sería puesto bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario tras ser elegida democráticamente por las gentes de Bullas. Años más tarde se procedería a construir el matadero, el pósito, el ayuntamiento y la cárcel.

El siglo XIX

La nueva centuria dio comienzo con la remodelación de la iglesia parroquial que le daría su imagen actual presidida por su vistosa torre. No fue ésta una época fácil para los habitantes de Bullas, que se vieron afectados por diversas epidemias a lo largo de todo el siglo. De tercianas en 1802 y 1817, de disentería infantil en 1821, de cólera en 1855 y 1885. Éstas diezmaron a la población bullense que poco podía hacer ante ellas en medio de la miseria generalizada.
También fueron frecuentes los conflictos por el agua del río Mula con la localidad del mismo nombre, que provocaron más de un pleito y algún que otro enfrentamiento. En otro orden de cosas, se dejaron de pagar los diezmos a la Orden de Santiago en 1841. El siglo acabó con la plaga de filoxera que devastó los viñedos de la comarca suponiendo un verdadero problema para la economía local.
Pero fue el XIX también fue una época de grandes proyectos públicos. La oligarquía local, con apellidos como Carreño, Melgares y Marsilla, fueron los encargados de llevarlos a cabo. No es de extrañar dado que ellos eran los que controlaban el Ayuntamiento, tenían los medios para hacerlo y a posteriori ellos mismos se convertían en los principales beneficiarios de los mismos.
El actual cementerio (que vino a sustituir al antiguo del Paraíso) fue construido en 1885. El lavadero público se levantó en 1894 mientras que las conexiones telefónica y telegráfica son de 1897. La luz eléctrica llegaría a Bullas en 1900. En ese mismo año tuvo lugar la construcción de la Torre del Reloj, dirigida a regular las tandas de riego de la cercana huerta.

El siglo XX

Bullas fue arrastrada durante el siglo XX por los mismos avatares y convulsiones que vivió el resto de España. Durante el primer tercio se asistió a una cierta estabilidad social y económica.
La llegada de la Segunda República en 1931 comenzó a dejar ver la polarización política a la que se veía abocada Bullas junto con el país entero. La situación se desbordó tras el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936. Bullas quedó en la zona republicana, y así seguiría hasta el final del conflicto. Los hombres jóvenes marcharon al frente. Más de 200 bullenses perecieron durante la contienda. El fragor revolucionario incautó sus propiedades a los terratenientes y destruyó el ajuar del templo parroquial, aunque en líneas generales la vida en la localidad se desarrollaba en medio de una calma tensa.
La llegada de la dictadura franquista supuso un momento inicial de represión a los sectores que habían colaborado con la República y la vuelta a los valores tradicionales, renaciendo el fervor religioso. Eran los "años del hambre", una dura época dominada por la escasez. A partir de los años 50 se percibió una mejoría, en gran medida al inicio de la emigración que se generalizaria en los 60. Barcelona, Madrid, Vizcaya, Francia y Alemania recibirían gran número de trabajadores bullenses Esa década saludaría también el inicio de la actividad de la industria agroalimentaria que vino a diversificar un poco más una economía todavía basada en la agricultura. El callejero comenzó a multiplicarse, desbordándose los límites urbanos con el nacimiento de nuevos barrios. El último tercio del siglo, el del retorno a la democracia en España, ha supuesto un desarrollo de Bullas en todos los aspectos. La construcción se ha convertido en uno de los motores de la actividad económica y la educación media y superior se ha extendido considerablemente. Nuevas infraestructuras han modernizado Bullas. El pueblo que fue emigrante en los 60 comenzó a ver a finales de los 90 cómo se instalaban en él gentes procedentes de otros lugares del mundo, especialmente de Ecuador, en busca de un mejor futuro.

Fiestas



Fiestas Patronales en honor a la Virgen del Rosario.
Mes de octubre

Bullas celebra sus Fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, que fue elegida patrona por los bullenses en 1723. El día de la Virgen es el 7 de octubre, aunque la tradición establece que el día grande de las fiestas sea el primer domingo de dicho mes.
El personaje anunciante de la llegada de las fiestas no es otro que el Tío de la Pita, que con la dulzaina y el tamboril interpreta el tradicional "Manuel", uno de los signos identificativos de las fiestas en particular y de Bullas en general.
Me s'han roto los zapatos... ¡Manuel!
de subir al gallinero... ¡Manuel!                                        
a ver si veo venir... ¡Manuel!
el correo de las siete... ¡Manuel!
Mira las muchachas... ¡Manuel!
que bonitas son... ¡Manuel!
Hay que quererlas... ¡Manuel!
con ilusión... ¡Manuel!
El comienzo de las fiestas tiene lugar el viernes anterior al primer domingo de octubre, finalizando la noche del martes siguiente. Ese viernes es la famosa Noche de las Migas, antesala de ese momento de juerga desmedida que es la Diana, que con las primeras luces del sábado recorre las calles de Bullas y en la que ninguno de sus participantes puede escapar limpio de huevo y harina.
Además de las dos procesiones con la imagen de la Patrona, otros actos dignos de mención son el Desfile de Carrozas y la Ofrenda Floral. En el desfile, que recorre las calles de la localidad en la tarde del lunes, las distintas peñas festeras llevan a cabo un gran esfuerzo, con un derroche de fantasía e imaginación que suele hacer las delicias del numeroso público que contempla su paso. En la Ofrenda Floral , tras hacer un recorrido por el pueblo acompañados por varias bandas de música, depositan sus flores ante la imagen de la Virgen del Rosario, colocada a las puertas de la iglesia parroquial.

Fiesta del Vino

Desde 2001 Bullas celebra su Fiesta del Vino durante el último fin de semana de septiembre, antesala de las Fiestas Patronales y en plena época de la vendimia.
En torno al principal producto de la localidad se realizan diversas actividades que van desde las visitas guiadas por la Ruta del Vino hasta las catas comentadas, pasando por el nombramiento cada año del Maestro del Vino, título que recae en personas cuya trayectoria en relación con la viticultura o la enología merece un reconocimiento.
Otro gran protagonismo lo adquieren los momentos de la mañana del domingo en la Plaza de España en los que tienen lugar importantes actos como la inauguración de la Fuente del Vino, el tradicional pisado de la uva y la bendición del primer mosto, que puede ser degustado por los asistentes, y todo ello acompañado por la música y los bailes típicos de la zona.
Iniciativas como la Feria de la Tapa enriquecen aún más el ambiente festivo en unos días en los que se pregona la indisoluble unión entre Bullas y su producto estrella, el vino.

Fiesta de San Marcos

 Bullas ha sido a lo largo de su historia un pueblo eminentemente agrícola y la celebración de San Marcos en Bullas es una clara muestra de la tradición agrícola del pueblo, ya que constituye una verdadera exaltación del mundo rural. San Marcos es el 25 de abril, aunque su celebración se traslada al fin de semana más próximo. Existen datos que nos hablan de su celebración ya a finales del siglo XIX. Su origen puede establecerse a raíz de una rogativa al santo para pedir la lluvia. Al no existir imagen de San Marcos, la que tradicionalmente ha participado en la procesión de este día ha sido la de San Isidro Labrador, lo que supone uno de los aspectos curiosos de la celebración: que un santo suplante a otro en su propia fiesta.
La comitiva parte del templo parroquial con las imágenes del ya mencionado San Isidro, Santa María de la Cabeza (su esposa), San Juan Evangelista y Nuestra Señora del Rosario, patrona de Bullas. En el paraje de La Murta tiene lugar la tradicional bendición de los campos. Los últimos años han visto como esta antigua procesión se ha convertido en una verdadero desfile muy participativo con multitud de carrozas que, engalanadas igual que sus componentes al modo tradicional, aportan a esta fiesta el sabor entrañable y colorista que cuenta cada vez con una participación cada vez mayor que se equiparan y hasta superan a otras manifestaciones de este tipo a nivel regional. En el desfile participan grupos de la localidad así como otros de distintos puntos del país, invitados a la celebración, que ofrecen durante todo el recorrido el esplendor de sus bailes tradicionales.
Una vez finalizado, carrozas y grupos folklóricos se dirigen al Paraje de la Rafa donde, como viene siendo habitual, se celebra una tradicional comida, en medio de un ambiente de convivencia festiva, tras la cual se llevan a cabo diversas actividades lúdicas.
El día de San Marcos es aprovechado igualmente para celebrar el Festival Nacional de Folklore que, cada año y desde 1982, organiza la Peña Huertana La Uva, y en el que participan grupos locales, regionales y nacionales.

Fiestas de San Antón (La Copa)

 La pedanía de La Copa celebra el fin de semana más próximo al 17 de enero las fiestas en honor a San Antón, el patrón de los animales. Son varios los actos de interés que cada año son organizados por la Hermandad de San Antón, como la gran hoguera del sábado por la noche en torno a la que en un ambiente de convivencia coperos y visitantes degustan los productos locales. Esta hoguera rememora las que antaño encendían los habitantes de estas tierras para pedir o agradecer al santo favores para con sus animales. El domingo, tras la misa huertana, tiene lugar la tradicional subasta o rifa, donde el dinero obtenido de la venta de los productos que se ofrecen es destinado al mantenimiento de la fiesta. Por la tarde se desarrolla el peculiar Baile del Inocente, verdadera reliquia del folklore regional. Se trata de un "baile de puja" donde un personaje ataviado con un antiguo atuendo anima a los asistentes para que se integren en esta tradición centenaria. El último acto de la fiesta de San Antón en La Copa de Bullas es la procesión presidida por su imagen. Cuando llega a la altura del Llano de la Fuente , tiene lugar la bendición de los animales.

Fiestas Patronales de La Copa

La Copa celebra el primer fin de semana de septiembre sus Fiestas Patronales en honor de Nuestra Señora de la Consolación y de Nuestra Señora del Socorro ("La Socorrica"). De viernes a martes tienen lugar distintas actividades que van desde la Noche de las Migas y la Diana en el aspecto puramente festivo hasta las solemnes procesiones con la imagen de la patrona en el plano religioso.

Fiestas de la Purísima en La Copa

Cada mes de diciembre, por la fiesta de la Inmaculada Concepción , los auroros se convierten en los protagonistas, rescatando una vieja tradición que se ha sabido conservar en la pedanía. La campana de auroros, como se conoce a estos grupos, recorre la víspera del día 8 las calles de La Copa , cantando o rezando, según el caso. Las canciones interpretadas abarcan una gran variedad de temas, dependiendo también de la limosna ofrecida en cada casa. Van desde las coplas dedicadas a algún santo hasta el prolongado Credo o la hermosa Salve a la Virgen.
Estas fiestas de diciembre son el contexto en el que la Hermandad de la Purísima organiza cada año un encuentro de auroros en el que participan grupos venidos de diversos puntos de la Región de Murcia.
La música y los cantos de los auroros de La Copa se pueden escuchar también en la mañana del día de Navidad.

Noche de San Juan

La noche más corta del año tiene en Bullas sus manifestaciones particulares. Son innumerables los ritos y tradiciones propios de esta noche mágica donde las haya. Entre ellos encontramos la elaboración del llamado "vino dulce de San Juan", en el que la justa proporción entre vino y azúcar sumada a trece nueces verdes conseguirá un delicioso producto que podrá degustarse junto a los dulces navideños tradicionales.
Pero la Noche de San Juan es también famosa en la localidad por la "bajada" de la Mora del Castellar al río Mula, más concretamente al paraje del Salto del Usero, acontecimiento que cada año reúne a cientos de personas deseosas de encontrarse con la vieja leyenda, justo al llegar la medianoche.

Fiesta de Santiago

Desde 1992 se celebra en el entorno de la Torre del Reloj la fiesta de Santiago Apóstol. El fin de semana más próximo al 25 de julio tienen lugar diversas actividades lúdicas y religiosas entre las que podemos destacar la "quema de las tarascas", peculiar "ajusticiamiento" de dos muñecos que recrean a Bermudo Menéndez, alcaide del castillo de Bullas, y su esposa Raquel.

Fiesta de San Blas

Una de las fiestas más recientes en el calendario festivo de Bullas se celebra en el Barrio de La Cruz en torno al 3 de febrero, día de San Blas. En la parte más alta del barrio se sitúa la ermita del santo (en realidad una construcción del siglo XIX cerca de la antigua ubicación de la que en su día lo era), y en su placeta se llevan a cabo las actividades propias de la fiesta, como una gran hoguera en torno a la que los asistentes degustan los productos preparados para la ocasión.
Con la hoguera se recrea la ancestral tradición local de los llamados "castillos", pequeños fuegos que se encienden en el campo para pedir la protección de algún santo. Los días de castillo en Bullas son el 1 de febrero (San Ignacio, que "guarda" el palacio, es decir, la casa), el 2 ( la Candelaria , protectora de partos y por extensión de todo lo femenino), el 3 (San Blas, el "paladar" o los males de la boca y la garganta) el 5 (Santa "Aguedica", las "teticas") y finalmente el 13 de diciembre (Santa Lucía, protectora de los ojos y del sentido de la vista).

 

Localizacion




Bullas está situada en el centro de la Región de Murcia. Se accede a ella desde la capital a través de la Autovía del Río Mula-Noroeste, en solo 30 minutos. También se puede partir de Cieza  desde la Autovía que une Madrid con Murcia. De Totana , pasando por Aledo, desde la Autovía del Mediterráneo.








El municipio está formado por el casco urbano y la pedanía de la Copa .



      Bullas.

       La Copa.